El Camino a Santiago de Compostela es la aventura más estupenda que uno puede vivir. Es mi viaje. Un encuentro de introspección. Para mí el camino de peregrinación a Santiago es EL CAMINO, en mayúsculas y a secas. Al menos una vez en la vida uno debe peregrinar a Santiago. Un viaje iniciático hacia dentro que te transformará profundamente, aprender a caminar sin dejar huella, encontrando ese modo de vivir en armonía.

Rumbo a Santiago desde Roncesvalles, el denominado Camino Francés es la joya de un clásico. Se plantea por rutas diarias, puedes hacerlo seguido si vas con tiempo, y si no, por etapas. Para conseguir el certificado de la peregrinación a Santiago que concede el arzobispo, la Compostelana, se requiere a los peregrinos que acrediten haber hecho al menos un centenar de kilómetros a pie o a caballo, o doscientos en bicicleta.

Otras opciones con los caminos históricos que aún recorren la península son el Camino del Norte y, quizás el más auténtico y ancestral, la , una antigua ruta romana de comunicación que unía Emerita Augusta (Mérida) y Asturica (Astorga). Todos camino a Santiago de Compostela.